¿Tiene Dios algo que decir sobre todo esto?
¡Sí, lo tiene!
En algún lugar de la tierra, Dios tiene verdaderos siervos que fielmente y plenamente proclaman las advertencias del fin de los tiempos a las que todos deberíamos prestar atención.
Dios inspiró a su profeta Amos para que nos lo dijera: “Seguramente el Señor Dios no hace nada, a menos que revele su secreto a sus siervos los profetas. ¡Un león ha rugido! ¿Quién no temerá? ¡El Señor Dios ha hablado! ¿Quién no puede sino profetizar?” (Amós 3:7-8).
Hoy en día, los acontecimientos asombrosos están en el horizonte inmediato. Están profetizados en su Biblia. Una cuarta parte de toda la Biblia está dedicada a la profecía. Y el apóstol Pablo escribió: “¡Predica la palabra! Estén listos a tiempo y fuera de tiempo.
Convenced, reprended, exhortad, con toda paciencia y enseñanza. Porque vendrá tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que según sus propios deseos, porque tienen comezón de oír, se amontonarán maestros, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:2-4).
¿Predica su ministro el mensaje completo de la Biblia? ¿Explica regularmente, y le aclara a usted y a sus seres queridos, las poderosas profecías de la Biblia sobre el fin de los tiempos?
La Biblia enumera muchos sucesos específicos que los verdaderos cristianos deben tener en cuenta. Estos sucesos pronto demostrarán claramente que la humanidad se encuentra en el final de esta época, la época del dominio del hombre sobre la Tierra bajo la influencia de Satanás el Diablo (Revelación 12:9).
Muchos líderes religiosos hablan del “fin de los tiempos”.
Pero, con toda honestidad, ¿quién le dice los eventos específicos a los que debe estar atento? ¿Y quién le ayuda hoy a comprender el verdadero significado de los traumáticos trastornos climáticos, los crecientes terremotos, los atentados terroristas y las terribles guerras que amenazan cada vez más a este planeta?
¿Quién está realmente “dando sentido” a todo esto?
Jesús dijo: “Si permanecéis en Mi palabra, sois Mis discípulos de verdad. Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32).
Una vez más, si vais a permanecer en la “palabra” de Cristo, ¿quién está realmente haciendo que esa palabra “cobre vida”? ¿Quién te está desafiando constantemente: “Probad todas las cosas, y retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21)?
Otra cuestión vital a considerar: ¿dónde se predica hoy la Verdad completa?
“¡Oh, todas las iglesias tienen las mismas creencias básicas!” muchos dirán. O: “Nadie tiene el monopolio de la Verdad. No podemos saber realmente sobre estas cosas de todos modos, así que todas las religiones son esencialmente válidas mientras la gente sea sincera!”
Estoy seguro de que muchos de ustedes han escuchado este tipo de razonamiento antes. Si no hay un Dios real, o si la Santa Biblia no es verdaderamente inspirada, entonces tal razonamiento podría sostenerse.
¡Pero no es así! Tal vez las instrucciones más básicas de Jesucristo son estas palabras: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Lucas 4:4). La verdadera Iglesia de Dios debe necesariamente reconocer esta enseñanza cristiana fundamental!
El liderazgo de la Iglesia, y los miembros individuales de la Iglesia, pueden no ser perfectos todavía, pero deben al menos reconocer que la palabra de Dios es la base para conocer la Verdad última que su Creador pretendía.
Porque sin la Biblia, sin la instrucción inspirada de Dios mismo en su palabra inspirada, todo lo que queda son los billones de opiniones humanas: “¡Así es como me siento!” o: “¡Así es como me parece!”
¿Entiendes la situación?
Así que si Dios tiene una verdadera Iglesia en esta tierra, debe reconocer la autoridad inspirada de la Biblia, y debe basar su enseñanza sólidamente en ese fundamento!
Como el Apóstol Pablo fue inspirado a escribir: “Pero si me retraso, escribo para que sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad” (1 Timoteo 3:15).
De nuevo, ¿cuál es la verdad? Jesús dijo en su Biblia: “Santifícalos con tu verdad. Tu palabra es la verdad” (Juan 17:17).
Dondequiera que esté la verdadera Iglesia, es el pilar y el “baluarte” (como la palabra “suelo” debe ser traducida en 1 Timoteo 3:15) de la Verdad.
Es la protectora de la Verdad. Pablo también nos dice que los verdaderos cristianos -los que componen la verdadera Iglesia- son “conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2:19-20).
Si, como escribió Pablo, la verdadera Iglesia se construye sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo el propio Jesucristo la piedra angular, entonces los escritos de los apóstoles y los profetas -no las opiniones o “sentimientos” humanos- deben ser la base de la doctrina y la práctica.